Un viaje de amor y resiliencia 

Fecha:

El 19 de octubre se celebra el Día mundial de la lucha contra el cáncer de mama

Columna escrita por: Silvana Duque Alzate

Estaba en Manizales cuando mi padre me llamó y me dijo que mi madre se había hecho una biopsia de una masa que se encontró en el seno. Fue muy raro porque mi papá, que ha sido médico de sangre fría toda su vida, incluso con su propia familia, se notaba muy preocupado con el asunto. Viajé a Armenia, donde viven ellos, y como es de rutina salirnos a la sala exterior de nuestra casa en la mañana a hablar de la vida cada sábado, a mi padre le entra una llamada y su respuesta es: “Positivo para cáncer triple negativo”. Mi madre empezó a llorar con un sinfín de emociones encontradas; en su mente solo estaba la muerte. 

Según la American Cancer Society, por lo general el riesgo promedio de una mujer en los Estados Unidos de padecer cáncer de seno en algún momento de su vida es aproximadamente 13%. Esto significa que hay una probabilidad de 1 en 8 de padecer cáncer de seno. También significa que hay una probabilidad de que 7 de cada 8 mujeres nunca tengan la enfermedad. 

Ser acompañante de un paciente con cáncer ha sido un viaje con un destino desconocido. He leído textos y escuchado podcast para tratar de entender a mi madre, más emocional que físicamente. Y es que, por su valentía y sus ganas de estar bien, uno casi que pasa por desapercibido que tiene cáncer si no es por su falta de pelo y pestañas. 

Uno piensa que el cáncer existe, pero no lo digiere hasta que le toca a la persona que uno más ama. Es verdad que solo se piensa en la muerte cuando se habla de cáncer positivo, sea cual sea, pero la realidad es que la tecnología nos ha permitido tener muchas más herramientas que curan y tratamientos que dan la posibilidad de eliminarlo o prolongar la muerte. 

Este camino es más de empatía. Hace unos meses escuché en una charla que hablaba sobre ser acompañante de un paciente con cáncer y la poca importancia que se nos da en este proceso, porque somos seres emocionales. Nosotros también nos cansamos y necesitamos seguir con nuestra vida por más cruel que suene.  

La razón por la cual las emociones se vuelven más difíciles de entender es porque hay una enfermedad que en cualquier momento se va a llevar a tu ser querido. También la responsabilidad que se te otorga como acompañante al tener que mostrarte fuerte frente a todas las personas y más a la persona con diagnóstico. Llorar, quejarse y lamentarse ya no es una opción a la que se pueda recurrir en este caso cuando ves a tu madre así, con cada quimioterapia a la que ella llama “dosis de veneno”. 

Uno de los principales conflictos que tenemos a la hora de recibir esta noticia es nuestro sistema de salud que en repetidas ocasiones impide agendar las citas. Para nadie es un secreto que esto existe y que es una problemática que no solo sucede en Colombia sino en muchos otros países. La falta de atención a pacientes oncológicos y el poco acompañamiento que se le brindan a estas personas y a sus acompañantes. Es de vital importancia que tanto el paciente como el acompañante reciban asesoramiento de manera adecuada y así poder llevar este camino de una forma más amena.  

Lo resalto porque es algo que se vive repetidamente con mi madre. Primero con los alimentos y también con actividades, medicamentos y prácticas que uno desearía hacer con ella, pero la respuesta es que un paciente oncológico debe ser tratado, en muchas ocasiones, de manera diferente a una persona normal.  

Finalmente, ser el apoyo de un paciente oncológico es un desafío abrumador, pero también una muestra de amor de gran magnitud. Recordemos que cuidar de nuestra propia salud mental no es egoísmo, sino una necesidad para poder seguir siendo ese pilar de apoyo en la vida de nuestros seres queridos. ¿Qué medidas puedes tomar para ayudar a tu salud mental como acompañante de un paciente oncológico? La respuesta a esta pregunta puede marcar la diferencia en este camino de incertidumbre y resiliencia. 

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1 COMMENT

  1. Muchas felicitaciones y mil bendiciones para mí amada sobrina Silvana Duque Alzate, Dios siga iluminando su mente con tanta sabiduría para escribir, hoy con tan excelente artículo sobre esta enfermedad de cáncer que está afectando tantas familias, entre ellas la nuestra.

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