Paola López en Médicos Sin Fronteras
“Es importante tener una perspectiva amplia. No es lo mismo ser humano en Colombia que en Somalia, Siria o Nigeria o ser un humano con una enfermedad terminal a uno que enfrenta la guerra”, menciona Paola López, médica especialista en salúd pública, quien pasó por El Vespertino para narrar la historia de cómo llegó a ser parte de Médicos Sin Fronteras.
López tuvo su primer acercamiento con la organización cuando realizó el internado de medicina en la Cruz Roja Colombiana. Allí compartió con un compañero de su carrera que participó de Médicos Sin Fronteras y que la unió con este mundo. “A mí me llamaba la atención el reto y estar expuesta a contextos totalmente diferentes y estimulantes. Además, siempre me gustaron los idiomas y tuve ese deseo de conocer el mundo”, relata.
Su primera misión fue en Honduras, donde trabajó en un proyecto con niños y jóvenes en situación de calle. Dice que la experiencia fue interesante, confrontante, pero también dura. Se encontró con un choque de realidad, diferente a lo que estaba acostumbrada a ver en Colombia. Afirma: “De cada país uno se lleva algo. Trabajar con el personal local, vivir inmerso en una comunidad distinta, el idioma, las costumbres, para mí es algo mágico”.
En 2020 se retiró de Médicos Sin Fronteras. Sin embargo, aún se desempeña en proyectos humanitarios, pero más de desarrollo y menos de urgencias. Son proyectos que se enfocan a largo plazo, donde trabaja con la tuberculosis y las enfermedades olvidadas, como la lepra.
Si quiere conocer más sobre la historia de Paola López, las dificultades en el área de la salud, así como anécdotas y situaciones que vivió en Médicos Sin Fronteras, escuche la entrevista aquí.
