Extracción artesanal en Caldas
En el corregimiento de Río Blanco, decenas de personas se dedican a recolectar arena de manera manual. Con recursos mínimos y si equipos mecanizados enfrentan retos laborales y de seguridad en su lucha por el sustento diario.
La extracción de arena en la quebrada la Arenosa, en el barrio Minitas, sostiene a decenas de familias. Sin maquinaria pesada ni equipos. Hombres trabajan cada día en condiciones difíciles, enfrentando riesgos que incluyen accidentes laborales y problemas de salud, debido al polvo y la humedad. “Me toca hacer este trabajo para poder mantener mi familia, yo pago un arriendo y tengo hijas. Es la realidad de la vida, ya me acostumbré a trabajar en esto” Oscar Ciro, minero de subsistencia.
Para estos trabajadores, este mineral representa su único sustento. La extracción manual les permite recolectar pequeñas cantidades que luego venden a constructores y comerciantes locales. Los mineros de subsistencia aprovechan la oportunidad de poder hacer este trabajo, aunque sus márgenes de ganancia son reducidos. “En total son 54 mineros, pero actualmente se encuentran trabajando 40. Es un caso de peculiar porque es gente que trabaja toda su vida entonces son más de 30 a 40 años metidos en el río y esa es la única forma de que tienen para subsidio, es la única cosa que saben hacer entonces hay todo tipo de personas”, comenta Jacobo Narváez, geólogo de Corpocaldas y la Alcaldía de Manizales.
El futuro de la minería de subsistencia
A diferencia de otras actividades mineras, la extracción artesanal de arena en Río Blanco no genera contaminación ni representa un riesgo significativo para el ecosistema local. Los mineros defienden su labor como una práctica de bajo impacto, que respeta el entorno natural. Para ellos, esta actividad artesanal es una fuente de ingreso que convive de forma sostenible con el medio ambiente y ayuda a suplir la demanda de arena en la construcción local. “Hoy por hoy conseguir el sustento es difícil, casi todos somos de la tercera edad. Ya el trabajo no es lo mismo de antes, ya nadie joven viene a trabajar a estos lugares. Ya no se ven volquetas para recoger la arena, sólo camionetas. No hay relevo generacional para esta tradición ancestral”, menciona, Julio Ancizar Zapata, líder de los mineros de subsistencia.
En medio de un futuro incierto, los mineros de Río Blanco enfrentan cada jornada como un reto para asegurar un ingreso digno y así poder sostener a su familia con un trabajo ancestral en el que esperan poder seguir haciéndolo y conseguir un recambio generacional para que este trabajo siga siendo una técnica de tradición.

