Sostenibilidad hídrica
La cuenca de Río Blanco, ubicada en la subcuenca de Guacaica, es una de las principales fuentes de abastecimiento de agua para Manizales, una ciudad que se enfrenta a los desafíos del cambio climático, el crecimiento urbano y la preservación de sus recursos naturales.
Gracias a una serie de acciones de conservación y manejo sostenible, lideradas por la empresa Aguas de Manizales. La cuenca ha experimentado una notable mejora en su capacidad de suministro hídrico. Desde 1997, el caudal hídrico de Río Blanco ha aumentado un 35%. Lo que ha permitido asegurar un flujo constante y de alta calidad de agua para la ciudad, beneficiando a más de 400.000 habitantes.
La protección de esta cuenca se ha logrado mediante un enfoque integral que combina la conservación de los ecosistemas. La restauración de áreas degradadas y la implementación de estrategias de manejo ambiental basadas en la ciencia. Según Jhon Eduard Gil, líder de recursos hídricos de Aguas de Manizales. “Controlamos el uso del suelo en las 3.600 hectáreas que componen esta reserva. Lo que nos permite garantizar servicios ecosistémicos clave, como la regulación hídrica, la conservación de la biodiversidad y la captura de carbono.
Estos ecosistemas proporcionan un servicio invaluable para la ciudad. Ya que ayudan a mitigar los efectos del cambio climático y a mejorar la resiliencia hídrica frente a fenómenos como el Fenómeno del Niño. La cuenca de Río Blanco alberga una diversidad de ecosistemas, desde páramos y bosques altoandinos hasta zonas de bosque subandino, todos ellos esenciales para el equilibrio ecológico de la región. Los páramos, por ejemplo, son conocidos como “fábricas de agua” debido a su capacidad para almacenar y regular el flujo de agua, y su protección es clave para mantener la cantidad y calidad del recurso hídrico disponible para los manizaleños.
A su vez, los bosques altoandinos, que cubren las laderas de la cuenca, juegan un papel crucial en la conservación de la biodiversidad y en la protección del suelo, evitando la erosión y los deslizamientos que podrían afectar las fuentes de agua.
Refugio de Biodiversidad y Modelo de Gestión Hídrica en Manizales
De acuerdo con Gil, la cuenca también es un refugio de biodiversidad, hogar de especies endémicas y en peligro de extinción, lo que refuerza aún más la importancia de su conservación. “El manejo de la cuenca no solo busca garantizar agua para la ciudad, sino también proteger la vida silvestre que depende de estos ecosistemas”, explicó.
El compromiso con la calidad del agua es otro de los pilares de la gestión hídrica en Manizales. Darío Martínez, director de abastecimiento de agua de Aguas de Manizales subraya que la ciudad ha logrado mantener un índice de calidad del agua de cero, lo que significa que el agua potable distribuida cumple con los más altos estándares de potabilidad según la normativa nacional e internacional. “Nuestro proceso de potabilización es riguroso y continuo. Desde que se inicia la captación hasta que el agua llega a los hogares de los manizaleños, pasa por rigurosos controles de calidad, que aseguran que el agua sea segura y saludable para el consumo humano”, afirma Martínez.
Los ciudadanos también juegan un papel crucial en la protección de esta reserva, a través de programas educativos y evitando el daño al ecosistema. La conservación de Río Blanco es un ejemplo de cómo la gestión ambiental puede garantizar recursos vitales para futuras generaciones.
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