En el pequeño taller de bicicletas del barrio Peralonso en Manizales, Wendy Vanessa, una mecánica de 76 años, siempre está lista para hacer un arreglo, cerrar un negocio, despinchar una llanta o pintar un marco de bicicleta. Sin embargo, la otra cara de su historia revela mucho más que su habilidad técnica: con su voz gruesa y llena de anécdotas, Wendy comparte sus vivencias con aquellos que la escuchan sin prejuicios, mostrándonos que, detrás de cada herramienta, hay una vida rica en experiencias.
Su nombre masculino es Fernando y lleva como mecánico de bicicletas más de 40 años. La comunidad del barrio lo reconoce y lo admira. Comenzó limpiándole las bicicletas a un amigo que tenía un taller y a los dos años fue su mecánico, ya que era ciclista profesional. Lo acompañó en la Vuelta a Colombia de 1967 y desde allí decidió ser independiente en el negocio de mecánica de bicicletas. También realizó publicidad a mano por su buena caligrafía y pulso. Se rebuscaba en lo que fuera con tal de sostener a su esposa e hijos, ya que la situación económica era precaria.
Antes de casarse pensaba que travestirse era un capricho, pero descubrió que no. Su matrimonio duró siete años hasta que se enteró de la traición de su mejor amigo con su esposa, allí decidió dejar a su familia e hijos y, a la vez, le permitió ser Libre: Antes de partir de su hogar le dijo a su mujer que iba a hacer el proceso de transformación a lo que ella le dijo: “Nando, hágale que yo sé que usted lo necesita”.
El inicio:
Entre sus recuerdos comenta: “Cuando era niño veía las ‘chinas’ con esos cuerpos y esas piernas” se enloquecia pensaba “Uy… que dicha, qué rico, qué bueno estar como ellas, no con ellas, sino como ellas”.
Su condición sexual es neutral, solo ha tenido relaciones con su exesposa, siente fastidio y miedo a una enfermedad. Yo no funciono del sexo”, asegura Wendy, toda la vida sintió esa intuición de querer ser mujer y por tal motivo cree profundamente que ser transgénero no se hace, se nace. “Yo ubiqué mi personalidad, pero sin ánimo de nada, de mi no pueden decir ‘ah es que es una loca, no en un principio se travestía siendo heterosexual, pero en la actualidad se identifica como transgénero asexual y no tiene inconveniente con que le digan dama o caballero, Wendy o Fernando o “Nandito” como lo dicen algunos de sus clientes.
Ana Altaria – Juan Diego Alzate, creadora de la fundación y casa drag en Manizales House of Altaria tiene como propósito de brindar una red de apoyo laboral para las personas con experiencia de vida trans. Afirma que “las mujeres transgénero de edad son menos exigentes con sus pronombres y con la forma en que las tratan otras personas porque han tenido que pasar por mucha violencia y prejuicios a lo largo de su historia de vida, y eso hace que prefieran que ciertas personas aún usen pronombres masculinos para nombrarlas y esto con el fin de no entrar en conflicto con nadie”.
“esto no se hace, esto nace”
“Yo sé cambiar el hablado y no lo hago. Tengo la facilidad y la capacidad de hacerlo porque estuve muchos años en la academia coral Mozart, pero yo sigo en lo mio, no me interesa. Entre otras cosas a mi me veian con mi vestuario y maquillaje y se me acercaban para ver cómo iba a hablar y decían ‘no, pero habla bien’ yo me he distinguido precisamente por eso y además no tengo caminados raros” explica, Wendy.
Recuerda con claridad que cuando comenzó a vestirse de mujer estuvo bastante cerca de la muerte, ya que en una esquina donde arreglaba bicicletas antes de tener su taller llegaron dos sicarios con armas a atentar contra su vida, pero un habitante de la comuna lo impidió y no hubo necesidad de disparar ya que les explicó el tipo de persona que es Wendy y lo importante que es para la comunidad del barrio.
Cifras de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la entidad de derechos humanos Corporación CaribeInformativo muestran que, en el 2023, 26 mujeres transgénero perdieron la vida en feminicidios o por situaciones con el acceso a los derechos. Siete de ellas no superaban los 35 años.
El pasado
Su padre. José Bertulfo, según Wendy fue uno de los mejores constructores y carpinteros que tuvo Manizales. Participó en la construcción de la Gobernación, del Palacio Arzobispal, del Palacio Nacional y el Palacio de Bellas Artes. “Mi padre nos tiraba muy duro a mi hermano y a mi, nos trataba como peones de construcción con tan solo ocho años, nosotros no tuvimos juventud, no supimos qué era jugar con un carro de juguete. Cuando se enojaba nos sacaba sangre, pues él buscaba enseñarnos a ‘ser hombres de verdad”, añade Wendy. Por esta razón, sus padres nunca supieron la verdad.
Su ambiente
La comuna y familia han sido testigos de todo el proceso que ha vivido Wendy a lo largo de su transición de Fernando, un hombre fuerte, amable y respetuoso a una mujer extrovertida, elegante y libre.Su lugar seguro son personas como Benicio, el señor que tiene un supermercado al frente de su taller y siempre está dispuesto y pendiente de Nandito; o Nubia, la señora del restaurante al lado de su casa que siempre está a la espera de Wendy para que tome su café caliente; los niños del barrio, con los ojos puestos a que abra el taller para que les eche aire a las llantas.
Los cambios:
Habló con Dios y le dijo “papito lindo. ayúdame a construir mi cuerpo como yo realmente lo quiero, pero no con efectos nocivos”. Primero se aplicó unos aceites con Yohana, una de las primeras travestis que conoció, pero se me enquistaron las inyecciones en el pezón derecho y quedé con un roto maluco”, explica Wendy mientras se palpa en el lugar exacto donde ocurrió el incidente.
Lo siguió intentando y conoció a Shakira una travesti que, según Wendy, tenía un cuerpazo y era reconocida por hacer de los cuerpos una obra maestra con jeringa en mano, ya que su madre era médica forense y asi aprendió a inyectar. Wendy compraba un frasco de 160 cm de silicona liquida, alcohol algodón, guantes, una onza de esmalte transparente para uñas y al frente en un “carramanchel de mala muerte” encima de un bar pagaba tiempo y a lo que iban. Con una jeringa de 10 cm realizaban varias sesiones en tres horas y. después de que terminaba seguían unos masajes para moldear. Luego tomaban un brasier, le quitaban toda la tela hasta que solo quedaban los aros y estos se debian tener puestos tres dias para que la silicona no se extendiera para otro lado.
“Con todos los fierros”
“Yo me tocaba y decía ‘ay ya las tengo, qué chévere, sentía esa felicidad esa alegria que nunca en mi vida había tenido”, suspira Wendy mientras evoca el recuerdo. Además, se inyectó en la cadera, cola y piernas. En ese entonces se utilizaban los pantalones levanta cola que tenían que ponerlo entre dos por lo apretado que era. Lo hacían para moldear. Además, no realizó el cambio completo por respeto a sus dos hijos, a sus tres nietos y a sus hermanas.
“Yo tuve medias de malla, yo llegué a salir con todos los fierros. Me atravesé la 23 de punta a punta. Para donde iba, iba elegante, yo marchaba con un vestido vino tinto en gamuza, lindo, hermoso.
Unos taconcitos tacón y medio en lila, maquillada y cepillada”, comenta entre risas timidas, pero con orgullo. En ese entonces sufrió de una manera directa el acoso por hombres e incluso por algunas ” amigas” que siempre intentaban que se involucrara en el negocio sexual, pero siempre tuvo claro que tipo de mujer queria ser.
De acuerdo con la Defensoría del Pueblo, en el2023, se presentaron 197 casos de violencia por prejuicio en contra de la población trans en colombia, 171 corresponden a mujeres trans y 26 a hombres trans. Los lugares en donde la Defensoría ha realizado la mayor cantidad de atenciones son Valle del Cauca, Norte de Santander, Bogotá, Caldas y Santander.
La actualidad:
Wendy comparte esa etapa de su vida donde pudo ser libre, vestirse como queria y sentirse como siempre lo soñó con bastante tranquilidad. Expresa que es una etapa que ya pasó y hoy en día es una persona supremamente espiritual, sus acompanantes son Dios y la Virgen que nunca lo han abandonado. Al igual que sus hermanas a las que recuerda con mucho cariño y admiración. Por otro lado, su hija y nieto la visitan con poca recurrencia, pero aseguran que “es una persona respetuosa, amorosa, amable, trabajadora y muy noble ya que siempre esta dispuesto a ayudar a quien lo necesite”.
Wendy, con su voz ronca, sus manos fuertes, su cuerpo voluptuoso, su voluntad trabajadora, su corazon sincero y su léxico elegante hacen de ella un personaje único y extraordinario que vive su vejez rodeada de las personas que realmente la conocen, respetan y admiran.

