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Una mujer alta, morena, risueña, así es Eliana Banguera de 18 años. Es estudiante de nuestra Escuela de Comunicación, cursa actualmente cuarto semestre y se prepara para la entrega final del proyecto de Televisión I.
Eli no tuvo como primera opción la carrera de Comunicación Social y Periodismo, pues comenzó estudiando Gestión Cultural y Comunicativa en la U. Nacional, pero no se identificó con ello. “No fue lo mío”, afirma ella y sin muchos peros decidió abandonarlo y comenzar de nuevo.
Los comienzos
Eliana creció en el Suroccidente de Colombia, en San Andrés de Tumaco. Allí vivió la mejor infancia, llena de alegría, juegos, deporte y playa. “Los tumaqueños hacemos todo feliz y alegre. Podía estar hasta la 1 a.m. jugando con mis amigos y no pasaba nada. Así es mi cultura”, asegura ella llena de risas.
De pequeña se vinculó al deporte, pues su padre es atleta y su prima, entrenadora. Ellos la acompañaron en el baloncesto y también en el patinaje. También invirtieron en ella llevándola hasta Pasto (Nariño) a competir hace muchos años.
Sin embargo, todo cambió cuando creció. Perseguir el sueño de presentar en noticias tenía sus sacrificios, como mudarse a una tierra diferente a la que nació. Analizó Bogotá y Medellín, pero terminó en Manizales, ya que su hermano también estudiaba en esta ciudad fría a la cual vigila el León Dormido.
Las vivencias
“Lloré mucho al principio. Yo era mucho de estar con mi apá y mi amá”, se le quiebra la voz mientras cuenta. Ella llegó a una casa estudiantil, llena de ilusiones y muchos miedos por emigrar de su casa. Su confianza se enfocó en compañeras de su misma tierra natal y del Chocó, las cuales se convirtieron en su gran compañía aquí.
Las barreras culturales no afectaron la orientación en Manizales, pues a ella no le importa preguntar sin vergüenza en qué barrio está o cómo llegar a un lugar, aunque su carisma no la deja perder. Aún no se adapta a la comida. La arepa, el café o la bandeja paisa no son de su agrado. Prefiere el plátano, el pan o la comida de mar, excepto el pescado.
No le importan los cambios en su vida, pues ella se adapta, pero si es de hablar, solo basta con hacerle una llamada a su ‘amá’ y escuchar los consejos que reponen sus pensamientos, alma o una que otra crisis existencial.
Extraña a su familia, pero está en su salsa. Se apasiona por lo que hace. Le gusta la prensa, la televisión, pero se engoma con la radio. Trabaja por un futuro fuera de Colombia, pues sueña con la producción sonora, quizás hablando otro idioma o probando otros alimentos que no sean de estas tierras cafeteras.
Publicado: 3 de noviembre del 2023
Redacción: Laura Sofía Ocampo Serna, prepacticante del Consultorio de Comunicación Corporativa U. Manizales.
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