Toma un sorbo de café y pasa la lengua sobre su labio superior, adornado con unos pliegues verticales que dejan relucir sus 61 años. Su esposo, de 75, se quita las gafas y se acomoda en la silla. Fátima y John, como se llamarán por fines de privacidad, llevan 43 años de casados, se aman, su relación ha pasado por altos y bajos, pero disfrutan apasionadamente su sexualidad en la vejez. “Venga le presentamos nuestro nido de amor”, dice Fátima. Subimos las escaleras y llegamos a su habitación, un espacio limpio, aromatizado con citronela. Hay una cama imponente con cabecero gris, tamaño queen, con seis almohadas, tres para cada uno. Una poltrona negra donde cualquiera de los dos hace la siesta y una cruz encima del cabecero.
Se sientan sobre la cama y se miran a los ojos, se sonríen pícaramente. Mientras se observan se percibe cierta sensación de vergüenza. Toman un respiro que parece ser casi infinito y ella pasa sutilmente la mano sobre su cabello y dice: “Bueno, hablemos de sexo y esas cosas más”. Nunca han hablado de su intimidad y hoy se atreven a exponerse.
Página: ¿Qué hacen para mantener el erotismo?
F: “Todo se va dando, las caricias, los besos, el trato. Es algo natural, va fluyendo”.
J: “Le digo que está muy bonita. A veces nos tomamos unos traguitos y ponemos música”.
F: “Prendemos el televisor y vemos videos de artistas que nos gustan o vemos una película o serie. En las películas hay mucho sexo y eso lo va motivando a uno, despertando la cuestión hormonal”.
Página: ¿Cuáles elementos han incluido para disfrutar su sexualidad en la vejez?
F: “Ni revistas porno, ni juguetes. Para llamar la atención hago una pose atrevida, así despierto esas vibraciones, esas mariposas”.
J: “Cuando se pone pijamas bonitas, eso me gusta”.
En el artículo Sexualidad en la vida adulta mitos y verdades , presentado por Tena, se indica que los masajes sexuales, las películas eróticas, el sexo oral o la masturbación resultan ser aliados para explorar placenteramente la sexualidad en la vejez.
Página: ¿Más de allá penetración, qué disfrutan hacer como pareja para explorar su sexualidad en la vejez?
J: “Disfrutamos las caricias”. F: “Nos gusta mirarnos”.
Salen frecuentemente a tomar cerveza. Al regresar a casa empiezan las caricias, los besos y miradas coquetas. Con años de matrimonio e innumerables noches de pasión saben que le gusta al otro. La parte más sensible de Fátima, que con un simple soplo le despierta el erotismo, es la oreja.
Sexo, años y sexualidad en la vejez
Página: ¿Se ha modificado su capacidad de sentir placer en el transcurso de los años?
J: “No, porque cuando estamos lo disfrutamos al máximo”.
F: “Merma el apetito sexual, pero es por épocas, eso sí nos preguntamos… ¿venga que es lo qué pasa?”
Aseguran que el sexo no es tan regular como años atrás. Ella comenta espontáneamente que las erecciones no son igual de duraderas. Cuando John escucha ese comentario voltea su cabeza para mirar el rostro de su esposa, como sinónimo de reproche, luego me mira, intenta esquivar mis ojos, se le sonrojan las mejillas, frunce el entrecejo y coge el vaso de agua medio lleno que está sobre su nochero y se lo bebe todo, por poco se ahoga con tremendo sorbo.

Mariana Beltrán Montoya, médica con diplomado en sexología, señala que con la edad las erecciones son más difíciles por la alteración vascular. Sin embargo, relata que es importante que se dé una desgenitalización del coito. Afirma que en la sexualidad durante la vejez se pueden explorar otros tipos de placer como las caricias. “Con la edad importa más la intimidad que el coito”, señala.
Sexo en tiempos de cólera
Página: ¿Qué piensan sobre la percepción que tienen sobre la sexualidad algunos jóvenes? Ver porno libremente, participar en orgías, las parejas swinger
J: “Pienso que el mundo está loco”.
F: “Uy juepucha no sería capaz. Cómo va a ir uno a besar al otro que está todo babeado de otra, ¡p¡eso me parece asqueroso!”.
Nunca se han atrevido a ir más allá de las caricias, los besos apasionados y las películas románticas de Netflix. Las modas sexuales del mundo moderno las perciben como algo fuera de tono. Por sus límites, educación y valores, como dicen ellos, no se han atrevido, ni se atreverán, a experimentar. “Eso ya es mucha libertad”, relata John y para él esa libertad hace que se pierda el respeto entre la pareja.
Sexualidad en la mujer
En el artículo de Tena, relacionado con la sexualidad en la vejez, se indica: “Con la menopausia, puede aumentar el deseo sexual, porque para ellas la edad no modifica la capacidad de sentir placer”.
Página: Señora Fátima, ¿cómo afectó la menopausia su sexualidad?
F: “Se disfruta mucho del sexo, porque no hay esa preocupación de embarazo, hay libertad y tranquilidad”.
Como ellos hay muchos que disfrutan vivir su sexualidad. Elizabeth Giraldo Gutiérrez tiene 63 años, es mayor que su esposo por 7 años. Menciona, entre risas y con las mejillas rojas, que aún tiene relaciones sexuales, pero que más allá de la penetración disfruta las caricias, los besos y los abrazos, todo eso ella lo llama “el calentamiento”. Elizabeth y su esposo, Diego, no practican la masturbación, él piensa que es un pecado y ella dice que no le hace falta.
Aunque a ella no le sea necesario masturbarse, algunas adultas mayores, en Colombia, que no tienen un compañero sentimental practican esta actividad con frecuencia. Eso se comenta en un video publicado por CIEG UAM, titulado Percepciones y experiencias de adultos mayores sobre sexualidad y salud sexual en Colombia. En este se expone que hombres y mujeres con pareja dicen tener, al menos una vez a la semana, algún tipo de encuentro que implica aparte de la penetración, prácticas orales o simplemente se recuestan desnudos sobre la cama.
Sin sexo también se vive bueno
Lucita, como se llamará por privacidad, tiene 72 años y hace 10 años quedó viuda. Comenta que no le hacen falta ni los besos ni los abrazos de su marido, ni mucho menos sus momentos de intimidad, porque ella lo percibía como una persona muy fría. Estuvieron casados 45 años. Lo que Lucita conoce del sexo y la intimidad lo sabe por su esposo, por eso prácticamente su sexualidad y erotismo murió cuando él lo hizo. Sin embargo, ella asegura vivir feliz y plena.
Envejecimiento y placer
Reconocer la sexualidad en la vejez resulta ser un acto de inclusión. Abarcar estos temas es una lucha contra el estigma. El placer no tiene edad, solo se transforma con el paso del tiempo. Patricia Kelly, educadora sexual, narra en una charla en TEDx talks un pequeño cuento: “Y cuando la oruga pensó que todo estaba acabado, que era su final, se convirtió en mariposa”. Eso sucede con la sexualidad en la vejez, hay miedos e ideas estereotipadas, por eso impide ver la vejez como un proceso natural, una oportunidad de transformación y exploración de la sexualidad en la vejez.

