El 95% de la economía de Rio Blanco depende del avistamiento de aves

Unidiario
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Reserva natural

El avistamiento de aves se ha convertido en el principal motor económico de la reserva de Río
Blanco. Ubicada cerca de Manizales, donde el 95% de los ingresos provienen de esta actividad
turística. La reserva natural ha crecido en popularidad entre observadores de aves nacionales e
internacionales, impulsando empleos directos e indirectos en la región.


Para muchos residentes y prestadores de servicios en Río Blanco, el avistamiento de aves es la
clave de su sustento diario. La reserva cuenta con dos empleos directos y más de 20 empleos indirectos relacionados con el turismo de aves. Incluyendo guías especializados, personal hotelero
y otros prestadores de servicios turísticos. “Las aves te invitan a la conservación. Sin bosques no
hay aves, y este tipo de turismo genera ingresos que logran que quieras dejar crecer los árboles”. Según Andrés Giraldo, experto y promotor del aviturismo.

El Congreso de Aves de Manizales, realizado anualmente, es una de las iniciativas que fortalecen este sector económico en Caldas. Jorge Uribe Jaramillo, líder de recurso hídrico Aguas de
Manizales aclara que las empresas locales y visitantes generan una dinámica de inversión en
infraestructura, como senderos y miradores, que mejora la experiencia de los turistas y garantiza su seguridad. Este enfoque no solo apoya la economía local, sino que contribuye a la preservación de los ecosistemas.
De acuerdo con la página web AvesCaldas, el Congreso de Aves de Manizales en la agenda
académica ofrece conferencias magistrales, talleres, foros, simposio de educación y exposición
de poster científicos. Además, el congreso se ha posicionado a nivel nacional e internacional
como un evento especializado para la formación en aviturismo, conocimiento de las aves, presentación de casos de éxito de nivel mundial, exposición de proyectos científicos e inclusión de
la ciencia ciudadana.

Río Blanco enfrenta el desafío de mantener un equilibrio entre la atracción de visitantes y la
preservación de sus recursos naturales. En la medida en que el aviturismo crece, también aumentan las necesidades de infraestructura y el compromiso de conservar el hábitat de las aves.

La región, impulsada en gran medida por el Congreso de Aves de Manizales y el interés de
turistas de todo el mundo, se encuentra en una encrucijada: seguir promoviendo esta actividad
económica, mientras cuida de las especies y los ecosistemas que la hacen posible. La sostenibilidad será clave para el futuro de Río Blanco, que busca asegurar que el avistamiento de aves no
solo sea un recurso económico, sino también un compromiso de conservación a largo plazo.
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