Texto y fotos por: Silvana Duque

Eran las 4:50 a.m. cuando nacieron las gemelas más esperadas de la familia Duque Alzate. Eran solamente 29 semanas de gestación. No se esperaba el momento de nacimiento ya que había sido un embarazo perfecto, incluso sin las tenebrosas estrías. Controles constantes durante seis meses. Y, madrugadas no habituales a las que se tenía que someter Daniela, la madre de estas dos criaturas para verificar que todo estuviera en orden. Nacieron una hora después de romper membrana, ambas perdieron oxígeno.

Elizabeth tuvo derrame cerebral grado 1. Al cuarto día de haber llegado a la vida terrenal. En el séptimo día no se absorbía como se esperaba y su familia tuvo que despedirse, mientras su hermana seguía peleando con la vida. Nunca nadie pensó que esto llegara a pasar y la ilusión era tan grande que compraron la ropa, los coches y los corrales. Con meses de anticipación para que las gemelas tuvieran las mismas cosas.
Lucía tuvo que ser intervenida un poco después por un ductus en el corazón, pero fue el milagro de esta familia.

El baby shower de las gemelas fue programado y los recordatorios quedaron comprados. Ya que Daniela, la madre, tuvo que ser hospitalizada porque estaba en riesgo de parto.
El dormitorio que fue asignado para ellas se hizo tres meses antes de que nacieran y ambas tenían las mismas cosas para cuando crecieran.

Elizabeth tuvo registro de nacimiento y pudo ser bautizada antes de fallecer, todos estos recuerdos aún se conservan junto con las cosas de Lucía.
Su madrina de Estados Unidos hacía pedidos masivos en Shein. Una tienda de ropa virtual para enviarles cajas llenas de ropa de hermanas gemelas para que se vistieran igual.
A los seis meses de gestación el closet de las gemelas estaba lleno de ropa. Que le habían dado sus abuelos, su tía, los padrinos y amigos.
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