Era un día como cualquier otro para Daniel Pineda, estaba en su casa y de repente le llegó un mensaje de un amigo para que jugaran fútbol como acostumbraban a hacer durante la semana. El encuentro fue al frente de su casa, en la cancha sintética del Colegio Semenor. En una de las jugadas él iba en dirección del balón a detener un disparo que había hecho un jugador del equipo contrario cuando se encontró con un desnivel a la altura de la media cancha que hizo que su pie se enganchara en el terreno y no permitiera un movimiento natural de su rodilla.
Daniel es un joven de 25 años que le gusta el deporte, es administrador de empresas, tiene un café y un restaurante. Realizaba ejercicio de manera recurrente, cuatro veces a la semana o más hasta que, hace cinco años, tuvo una lesión del ligamento cruzado anterior, esto le cambió la vida. A veces parece que las lesiones de rodilla y de las articulaciones son casos especiales, fuera de lo común, pero la realidad es otra.
Según Healthychildren.org, “los deportistas de entre 15 y 20 años son quienes sufren mayor cantidad de lesiones del LCA (ligamento cruzado anterior)”, la cual puede poner en riesgo el futuro de los deportistas. Igualmente, todas las personas pueden verse afectadas por técnicas inadecuadas en el gimnasio, los entrenamientos de las nuevas modalidades de ejercicio y, sobre todo, en la manera de posicionar su cuerpo para realizar diferentes actividades.

Un paso sobre el césped
En la lesión de Daniel hay otro factor para tener en cuenta, el césped sintético. El día de su lesión, Daniel fue a jugar a una cancha sintética de fútbol 5 del Semenor, el terreno sintético no estaba en óptimas condiciones y esta fue la principal causa de su accidente. El material de las canchas sintéticas hace que en varias ocasiones los zapatos de los deportistas no tengan un movimiento natural, sino que queden sujetos contra el piso.
Su recuperación fue de casi dos años, pero la mejoría fue lenta, muy lenta. Con el paso del tiempo, su rodilla ya no se sentía igual, todo cambió. Ya no siente estabilidad, dice que está básicamente “remendada”. Daniel todavía siente dolor, nota que con los días fríos todo empeora y que presenta limitaciones para poder moverse libremente. Después de una lesión de esta magnitud muchas personas pueden correr el riesgo de caer en diferentes dolores y daños de sus articulaciones. No solo este tipo de traumatismos médicos puede poner en riesgo la salud de los deportistas.
Un enemigo creciente
Existe un material, una fibra que poco a poco se está tomando todos los deportes, más barato y práctico, incluso, se llega a pensar en que es hasta más profesional. Es el césped sintético. En Manizales, cinco de las canchas con uso y medidas profesionales las remodelaron e incluyeron este componente que es más fácil de mantener que el césped natural. De lejos, se ve como un terreno inofensivo, pero a profundidad y con análisis de diferentes medios, todo indica lo contrario.
Juan Carlos Londoño, arquitecto y diseñador de diferentes gramas sintéticas, afirma que “son más fáciles de mantener debido a que se habla de un material no natural como lo es plástico, entendido esto, los drenajes se solucionan con desniveles en el formato del terreno”. De igual forma, todas las gramas tienen como composición esencial una malla que amarra las fibras que simulan el césped. Sus formatos son diferentes dependiendo de las medidas del terreno y procesos de fabricación, comenta Londoño.
Diferentes estudios muestran un alza en las lesiones de los jugadores en comparación con el uso de césped natural, como el de BMC Sports Science, Medicine and Rehabilitation, que arrojó los siguientes resultados: “Los jugadores de la MLS informaron que más de 95% experimentaba un mayor dolor muscular y de las articulaciones; 90% tardaba más en recuperarse, y 89% tenía más probabilidades de sufrir lesiones crónicas por jugar en pasto artificial en vez de hacerlo en pasto natural”.

Una de las razones fundamentales que se ha encontrado en cuanto a las lesiones causadas por este material es que el césped artificial se siente duro bajo los pies, esta dureza se transmite y causa el posible daño de las articulaciones. Del mismo modo, puede ocasionar abrasiones en los jugadores que caen o que se deslizan, como se ve en un informe de Medscape.com. Hace un tiempo, la jugadora de fútbol, Alex Morgan, realizó algunas declaraciones acerca de su estado físico al jugar en césped sintético: “Cuando juego en césped artificial, mis piernas pueden pulsar y dolerme hasta por 24 horas y podría tardar hasta tres a cinco días en recuperarme, en tanto que, con el césped natural, después de 24 horas estoy lista para jugar de nuevo”, Morgan dio estas declaraciones en el medio USA Today.
Cuidados para tener en cuenta
Algunos factores para la prevención y fortalecimiento de las articulaciones y los músculos para ayudar a evitar lesiones, según Sanitas.es, son “evitar el sobrepeso, usar un buen calzado, mantener una musculatura adecuada y cuidar los excesos en el ejercicio físico. Realizar un correcto calentamiento permite que los músculos soporten la intensidad del trabajo que el deportista va a realizar más tarde y así se reduce el riesgo de sufrir daños. La hidratación antes, durante y después del ejercicio y una dieta sana y equilibrada son clave para no padecer calambres y otras lesiones”.
Igualmente, esta no es responsabilidad únicamente de los expertos en la salud, encontrar soluciones para esta problemática también es una tarea compartida con los deportistas y personas con gusto por la actividad física. Tener control sobre su cuerpo y ayudar a cuidar los músculos y articulaciones, resulta fundamental, como lo afirma la fisioterapeuta Jimena Becerra, “indudablemente realizar descargas deportivas preventivas a cargo de un profesional en el área de fisioterapia, en lo posible una vez por semana o cada 15 días, sería ideal para evitar futuras lesiones, haya o no presencia de molestias o dolores”.